16 enero 2007

 

Hoy estreno.

Miren Uds. por dónde, mi blog ya tiene una entrada. Puesto así, yo le recomendaría que vaya adquiriendo en la farmacia cantidades ingentes de algún producto milagroso que evite la caída del pelo, pues por experiencia le puedo decir que uno empieza teniendo entradas y termina con la cocorota monda y lironda. En realidad, como ocurrió a Ernesto de Hannover el día en que apagó las velas con motivo de su primer cumpleaños, uno inicia en ocasiones, con el acto más nimio, procesos imparables; y es que en el arte del soplar, como en cualquier otro, todo es empezar.

Sea como fuere y hablando de empezar, hoy es día de estreno para éste, mi blog. Blog, curiosa palabra. ¿De dónde vendrá? Consulto yourdictionary.com y me ofrece como definición de blog, weblog. Eso sí que es concisión y eficacia; ni la RAE (ruin) en uno de sus días creativos, oiga. Y es que si hay un rasgo que define a la lengua inglesa, es lo práctica que resulta siempre. ¿Que uno duda sobre el significado de una palabra?, pues se le añade el prefijo we y todo aclarado. ¡Qué lástima que semejante prodigio no sea aplicable a nuestra rancia lengua castellana!, así se podría utilizar términos como wehomúnculo y wependanga sin causar la habitual extrañeza en los contertulios.

Pero por qué O Noxo Xeitoso, se preguntará el inquieto lector, siempre ávido de nuevos conocimientos. Mire, amigo, si vamos a empezar con preguntas chorras, vamos a terminar mal y muy pronto. No hay nada que me moleste más que explicar obviedades. Es O Noxo Xeitoso porque no podía llamarse de otra manera.

¿Qué pretendo con este blog?, no lo sé aún. ¿Qué puede esperar el visitante ocasional?, vaya Ud. a saber. ¿Qué puede esperar el lector habitual?, tampoco se puede decir a ciencia cierta. Si acaso que va a leer la misma entrada muchas veces, esto dependiendo de la frecuencia con la que el autor, el muy felón, decida actualizarlo. En todo caso, lo que sí puedo afirmar con absoluta rotundidad es que, con la creación de este blog, Ud. y yo, amigo lector, hemos adquirido un compromiso. Un compromiso de condiciones inciertas y obligaciones vagas, pero un compromiso al fin y al cabo, y eso es lo que cuenta. Que me aspen si lo entiendo.

Por muchas veces.

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